miércoles, 15 de junio de 2011

Organización


Estaba preocupado por su familia, y sabía que no era el único. Esa mañana, las pocas noticias que había no es que fueran precisamente alentadoras. La plaga que comenzara el día anterior se estaba extendiendo a ritmos bastante preocupantes y debido a la desinformación que había, la gente se aventuraba sin protección alguna en busca de alimentos o de sus familiares y amigos más cercanos, lo que provocaba una verdadera masacre en plena calle. Las noticias se daban desde el aire, cosa que Richi alabó… al menos los medios de comunicación no se habían metido de lleno, como kamikazes, en las ciudades. Pero desde arriba la cosa era aún más aterradora y eso que la mitad de las imágenes aparecían censuradas para no dañar la sensibilidad de los telespectadores.
-Poco tiempo le queda a la televisión- dijo tras suspirar. Alma estaba a su lado, sentada, mirando con atención la pantalla -. En cuanto empiecen a ver que el suministro eléctrico acabará por cortarse, lo primero que dejarán de hacer es emitir noticias por televisión.
–Además, con todo esto tampoco es que haya mucha programación- suspiró la pelirroja. La miró durante unos instantes y posó la mano en su muslo. Desde el día anterior la había visto un poco decaída para lo animada que solía ser Alma dentro de su carácter mordaz. Y eso le tenía algo preocupado.
-Alma ¿Estás bien? ¿Conseguiste contactar al final con tu madre?
-Si, sí- asintió suavemente la pelirroja, dedicándole una leve sonrisa. Le gustaban las sonrisas de Alma, porque siempre eran sinceras y dejaban entrever su verdadero estado de ánimo. No las forzaba nunca.
-¿Y cómo está tu madre? ¿Se ha resguardado? ¿Y tu padre?- la voz de Marcos les sobresaltó a ambos, ya que no se lo esperaban. Se sentó en el sofá, al otro lado de la pelirroja, y le pasó el brazo por encima de los hombros ¿Porqué no lo había pensado antes? A lo mejor su amiga necesitaba algo así. Pero no podía evitarlo, normalmente era lento para entender ese tipo de cosas.
-Mi madre estará ya fuera de España, espero- contestó la pelirroja mientras se recostaba contra el pecho del castaño -. Como todo ha empezado en Madrid, mi madre desde Málaga puede escapar antes de que el asunto llegue hasta allí. Mi padre no sé quién es, así que…
-¿No lo sabes? Oh…- Marcos parecía algo pillado y Richi se aventuró a hablar. La situación se volvía incómoda siempre que Alma hablaba de aquel tema ya que solía quitarle bastante importancia.
-Su madre fue madre soltera- dijo el muchacho, acariciando de nuevo el muslo de su compañera.
-Te resumiré la historia- dijo ella, agarrando su mano. Las tenía calientes, como siempre, como si dentro de su moreno cuerpo hubiera una estufa caliente -. Mi madre se quedó embarazada a los 18 de un chulo que se desentendió en cuanto se lo contó; mis abuelos la repudiaron y la echaron de casa, pero tuvo la suerte de que mi tía Carmen, que en verdad era su mejor amiga, la acogió en casa de sus padres con su permiso y me criaron allí hasta que mi madre pudo pagarse un piso sola.
-Vaya… menudo valor- Marcos no parecía esperarse una historia de esa magnitud y, por lo que Richi pudo ver, no parecía querer hacerla entender que la tenía lástima.
-Marcos- dijo, para intentar rebajar la tensión del ambiente -¿Y tus padres?
-Ah, bueno, mi madre murió cuando yo tenía diez años, así que solo vivo con mi padre. Está ahora en el extranjero, por lo que contacté con él y le dije que alargara su estancia allí cuanto pudiera, que yo estaría bien y que le llamaría siempre que me fuera posible- explicó, acariciando el pelo de su amiga -. El problema es que las líneas parecen haberse saturado y no puedo utilizar el móvil… o eso, o las han cortado, que visto lo visto no me extrañaría nada- suspiró largamente -¿Y tu familia?
-Creo que todos aprovechamos para llamarles en el tren de camino hasta aquí- rió suavemente. Si lo pensaba, durante un buen rato estuvieron desperdigados por los vagones, todos pegados a los móviles -. Llamé a mi madre y la pillé comprando, así que le dije que me hiciera caso y que comprara provisiones para dos meses, sobretodo comida en lata por si cortaban el suministro eléctrico, y que sale cuanta carne y pescado pueda. Así que, como la conozco, sé que habrá llamado a mi hermano y me habrá hecho caso- explicó, asintiendo -. Además le dije dónde guardo el manual rápido para este tipo de emergencias… Sabía que algún día pasaría ¿eh?
-Me sorprende que las frikadas que tanto te gustan acerca de zombies se hayan convertido en algo tan real- dijo la pelirroja, resoplando -. No sé cómo puedes estar tan tranquilo, a mi me cuesta hasta estar sentada.
-Mierda, cierto- dijo de repente ¿cómo no se había acordado? Tan metido lo tenía en la cabeza que no había caído en que a lo mejor el resto del grupo no tenía ni idea de qué había que hacer en situaciones como esa -¡¡Ey!! ¡Venid todos al comedor!- exclamó a voz en grito. Iba a tomar por primera vez su papel como líder de la casa e iba a dar las pautas para una mejor convivencia.

Diez minutos más tarde estaban todos reunidos por fin en el comedor, sentados como bien podían, mirándole atentamente. Se sintió al principio un poco cohibido, no estaba acostumbrado a que la gente le prestara tanta atención y, sin embargo, ahora había doce personas pendientes de sus palabras.
-Bien- carraspeó ligeramente. Tenía que hacer su mejor esfuerzo para que comprendieran todo lo que tenía que decirles -. Como sabéis estamos en una situación un tanto especial… por llamarla de alguna manera. Es complicado mantener la calma en una situación como esta y la cabeza continuamente nos recuerda que como pongamos un pie en la calle, podía ser la última vez que estemos con vida… Que nuestras familias están en peligro,…
-Joder, Richi, así solo haces que lo pensemos más- se quejó Adrana, cruzándose de brazos. Sintió cómo de repente el calor subía hasta sus mejillas. Posiblemente estaba ya rojo como un tomate.
-Lo siento, yo… a ver- cogió aire de nuevo; debía medir sus palabras bien antes de hablar -. Lo que quiero decir es que debemos mantener la mente ocupada. Eso es totalmente primordial o nos volveremos locos. No hay las suficientes tareas en la casa como para repartirlas y que todos estemos ocupados, por eso pedí que se compraran consolas y juegos de mesa, cosa que al principio pareció extravagante. Haced siempre algo: hablad con los demás, jugad a la consola, leer,… todo lo que se os ocurra para mantener la mente en otras cosas.
-Creo que yo sé cómo mantener entretenida a mi Lluvia- dijo Jacky, con una risa, mordiendo el cuello de su pareja, que se echó a reír tras emitir un leve ronroneo. Se sintió nuevamente avergonzado ante el pequeño espectáculo. Una cosa era ver pasear a las chicas durante todo el día y otra muy distinta ver a aquellas dos mujeronas insinuarse entre ellas continuamente ¡Con lo tímido que era con las chicas en ese campo! la única con la que se solía sentir seguro hablando de cualquier tema o escuchándola decir cientos de barbaridades era con Alma debido a la relación de amistad que llevaban manteniendo ya desde hacía más de un año.
-Si, bueno, eso ya… c-como veáis- carraspeó de nuevo, asintiendo -. Después decir que… bueno, la comida de momento en la nevera y el congelador está bien, pero como corten el suministro eléctrico habrá que salar la carne cuanto antes para evitar que se pudra; la fruta es mejor hacerla toda macedonia para que no se oxide ni se madure demasiado, y las verduras ponerlas en agua. Cuando todo esto se acabe tendremos que subsistir con comida en conserva, pero espero que no tengamos que llegar a tales extremos.
-Bien, ya que estamos, y con el permiso de Richi- dijo Vincent mientras se levantaba –quería proponer y explicar algo. Veamos, queramos o no, esto no va a ser eterno, tendremos que acabar saliendo de aquí cuando la cosa esté un poco más estable, ya que ahora mismo, con los jaleos que hay, mover a trece personas por la calle es muy peligroso, además de que la mayoría posiblemente no sabríais cómo actuar en caso de encontraros cara a cara con uno de esos infectados.
-Estoy con Vincent- dijo, asintiendo firmemente -, como son seres que se mueven por instinto, eso quiere decir que parte de su cerebro está activo y es lo que hace que se muevan, ya que el cerebro es el encargado de mandar los impulsos eléctricos al resto del cuerpo, como bien sabrán nuestras doctoras- las señaló y sonrió tranquilamente.
-Entonces lo mejor es atacar directamente a la cabeza- sentenció Lluvia antes de que él pudiera decir exactamente lo mismo.
-Así es- asintió -. Pero no es tan sencillo. Las armas de fuego son útiles cuando se tiene buena puntería, pero el ruido les atraería hasta el lugar y eso supondría una avalancha de infectados. El mejor método es o algún arma tipo ballesta, que se puede construir, o armas de filo. Más que nada porque armas de fuego no se consiguen así como así, y necesitaríamos silenciadores.
-Pero… creo que muy pocos aquí deben saber usar esas armas- la vocecita dulce de Gabriella se alzó de repente. Apenas la había oído hablar un par de veces, y cada vez que lo hacía le parecía que fuera un ángel, con esa voz suave y cristalina, dulce como la miel. Nunca le había pasado, pero le despertaba una ternura tal que le gustaría agarrarla y llevársela para cuidarla y protegerla de todo mal. Aunque, seguramente, a más de uno de allí le pasaría lo mismo.
-He ahí donde entra el plan- dijo Vincent, con una sonrisa -. Anoche Ricardo y yo estuvimos hablando largo y tendido sobre la situación y no podemos arriesgarnos a salir todos de aquí, llegado el momento, sin que sepáis cómo defenderos- su voz sonaba tranquila, diligente. No le extrañaba que pese a su edad fuera ya profesor, cualquiera le escucharía -. Además, como bien ha dicho, necesitamos armas de filo y crearnos al menos un par de ballestas con sus respectivos virotes.
-Tenemos herramientas, y palos de escoba de madera que compramos y alguno más que podemos traer- asintió firmemente.
-¿Traer?- preguntó Lluvia, enarcando ambas cejas, mirando a los dos chicos.
-He ahí lo otro que queríamos comentar- continuó Vincent -. Mi hermano y yo coleccionamos espadas y katanas desde que yo iba al instituto. No tienen filo, como es evidente, pero se le puede sacar con un poco de paciencia y vista la situación, no me importa usarlas si eso nos da la oportunidad de salir de aquí y encontrar al resto de nuestros familiares- asintió firmemente. Lluvia pareció querer hablar, pero el moreno la cortó antes de que pudiera hacerlo -. Yo voy a ir, porque de ese modo también veré si mi hermano está en casa y le traeré con nosotros. Ricardo, que sabe mucho de todo este tema, se quedará en casa con todos los que os quedéis; siempre es mejor dejar a alguien que domine la situación con el resto del grupo.
-Pero tío, no vas a ir solo por la calle ¡Es demasiado peligroso!- dijo Héctor, incorporándose ligeramente.
-Yo voy- dijo Tony, levantándose del asiento -. Tengo armas de fuego debido a mi profesión, así que llevaré una de las pistolas. Utilizaré algo como silenciador si fuera necesario recurrir a ella.
-Yo también voy- esa segunda voz fue la que más sorprendió a al grupo, sobretodo a él. Alma se había incorporado y su rostro no parecía admitir una negativa por parte de nadie -. No quiero quedarme aquí parada mientras vosotros salís ahí fuera. Además, no podemos dejar que todos los chicos se vayan; Prímula y Gabriella se sentirían bastante desprotegidas.
-¡Pero Alma!- exclamó Richi -¿¡Estás loca!?
-Puede… pero prefiero ser de ayuda, así que a mi me dais un hacha o lo que sea y os acompaño. He estampado un coche contra una estación y le clavé a uno de esos seres un cuchillo de cocina en la cabeza… no será muy diferente- el silencio se volvió tenso unos segundos, pero Tony finalmente fue el que accedió con un firme movimiento de cabeza.
-Está bien, iremos nosotros tres- dijo el policía, lo que le dejó bastante descolocado -. Ricardo tú te encargarás, mientras no estemos, de mantener a todo el mundo organizado y de ayudar en lo necesario. Adrana- miró a la mujer. Se notaba bien que aquel hombre tenía dotes de mando ¿qué puesto tendría en la policía? Era muy agradable e incluso parecía algo despistado, sin embargo en ese momento parecía un alto oficial dando órdenes. Casi le dieron ganas de contestar con un fuerte “¡Sí señor!” –tú tomarás de momento el mando con Ricardo hasta que volvamos ¿vale? Si pasa alguna cosa, confío en vosotros dos para solucionarlo. El resto cuidaros entre vosotros y no abráis la puerta a menos que estéis completamente seguros de que somos nosotros- sonrió amablemente, mirando a todos y cada uno de los muchachos -. El tito Tony volverá con todas las armas.
-Bien, dicho esto, saldremos mañana por la mañana, que posiblemente la cosa estará algo más calmada que hoy. El plan es ir, coger las armas y a mi hermano, y regresar- dijo Vincent, tranquilamente.
-Bien- sonrió, emocionado en cierto modo. Se sentía en una de esas historias que tantísimo le gustaban ¡Algún día saldría él, espada en mano, a matar zombies! -, entonces todo está listo. Que empiece le operación “Armamento”- todos se echaron a reír al escucharle. No se había dado cuenta de que aquella última frase, con ese ridículo nombre de operación, había sonado a chiste malo. Y realmente lo era, así que se echó a reír junto a sus compañeros. Empezaba a sentirse a gusto con todos ellos.

2 comentarios:

  1. Operación Armamento jajajaja que bueno!!!!!
    Katanas, ballestas, pistolas con silenciador... jojojojo empieza la masacre!!!!

    A ver que les espera a esos 3 cuando salgan a buscar las armas. Que intriga!!!

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  2. @JOTAGE2 Jajajaja en el siguiente ya lo verás, que tienen que atravesar unas cuantas calles para llegar jajaja y es la ida y la vuelta, así que van a tener para un ratito =P Lo bueno es que con estas cosas se irá conociendo mejor a los personajes.

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