El nuevo plan

Habían pasado ya casi seis días desde que la primera expedición saliera hasta la casa de Vincent y volviera y aún no habían decidido qué hacer. Aunque la gente parecía estar bastante tranquila, Adri sabía que por dentro estaban deseando saber noticias de sus familias, de sus seres queridos… y no eran los únicos. Ella  había llegado a Madrid para estudiar filología oriental tras haberse licenciado en Historia; era de las pocas afortunadas que habían conseguido entrar en aquella licenciatura antes de que los nuevos planes de estudios insertaran Grado como nuevo título Universitario. Sus padres vivían en Asturias, lejos de donde todo había ocurrido… pero con las comunicaciones cortadas no sabía realmente si  estarían bien o la cosa habría llegado a extenderse hasta allí.

Negó suavemente un par de veces y miró al frente, donde Vince entrenaba con una torpe Prímula, que intentaba dar todo de sí para ganar a su maestro. No pudo evitar soltar una risita cuando vio el brillo de admiración en sus ojos, la manera de sonrojarse cuando él se acercaba a corregir su postura… ¡bendita inocencia! Incluso en aquellos momentos los sentimientos humanos prevalecían por encima del pánico.

-Te veo un poco distraída- echó hacia atrás la cabeza en el sofá al escuchar la voz y allí vio la amplia sonrisa de Richi, al cual acompañaba un guapísimo Héctor. 

-¡Ah! Estaba viendo aquí a la guaja entrenar un rato. Creo que ha mejorado un poco en coordinación.

-¡Anda! No sabía que le tocaba hoy a Prímula- Héctor se sentó enseguida a su lado y Richi no tardó mucho en hacer lo mismo, quedando ella entre sus dos compañeros -. Lo cierto es que estamos aprendiendo mucho en estos días con estas pequeñas clases… Nunca se sabe qué podría pasar de aquí en adelante…

-Por el momento alguna salida más deberíamos hacer- se giró hacia el informático, enarcando ambas cejas -. Vamos, no voy a ser yo el único que se ha dado cuenta ¿no?- parpadeó un poco perdida y, potr la expresión del moreno, supuso que Héctor había hecho exactamente lo mismo -¡El agua, el gas y la electricidad! Vamos a ver, hace unos días que ya no hay televisión, cosa lógica ¿verdad?- los dos asintieron a la vez -¿Y no os parece raro que, sin embargo, siga habiendo agua en buen estado, electricidad e incluso gas?

-Bueno… las centrales podrían seguir funcionando… ¿no?

-Claro, Héctor, pero todo lo que es información y comunicaciones está caído ¿verdad?

-¿Insinúas que algo o alguien está ahí fuera ahora mismo manteniendo los servicios más básicos?- no se lo había planteado, ni siquiera se le había pasado por la cabeza ver aquello tan raro y, sin embargo, sí que lo era.

-Creo que no estamos tan abandonados como podamos pensar. Ojo, no estoy diciendo que sea así tal cual ¿eh? Puede que sea una casualidad o que haya alguien en las centrales aún sobreviviendo… Pero me parece extraño que duren tanto tiempo viendo el alcance que está teniendo la infección.

-No, no, si ahora que lo dices…- la voz de Héctor sonó a sus espaldas y se giró hacia él para poder atenderle. Aunque muy pocos lo sabían o se habían percatado de ello, llevaba aparatos auditivos por culpa de una infección siendo muy pequeña que la había hecho perder la audición casi por completo -¿Podrían haber venido a ayudarnos?

-Bueno, visto que toda la Comunidad de Madrid, por lo menos, está infectada… aunque hayan mandado refuerzos o gente a ayudar, todos esos zombis están ahí fuera- dijo tranquilamente, cruzándose de brazos -, por lo que tardarán aún un tiempo en encontrarnos no solo a nosotros, sino a todos os que sigan vivos ahí fuera.

-A no ser que nosotros mismos salgamos a buscarlos- la sonrisa de Richi se ensanchó tanto que a Adri le dio la sensación de que estaba a punto de carcajearse de si mismo -. Vamos, aquí encerrados no hacemos nada, pero si salimos, con el entrenamiento que estamos llevando a cabo, quizá tengamos la posibilidad de salir con vida de aquí.

-Pero eso es muy arriesgado… Fíjate en Prímula, en Gabriella, en lluvia… ¿crees de verdad que puedes dejarlas salir ahí fuera?

-Quizá a ellas no, pero Tony, Vincent, Carlos, Alma, incluso tú… Nosotros sí que podríamos sobrevivir en grupos pequeños. Es peligroso, coño ¡claro que sí! Pero no hacemos nada aquí encerrados ¡posiblemente ni siquiera busquen dentro de las casas!

-Visto de ese modo…- dijo Héctor, asintiendo con un leve movimiento de cabeza.

-Chicos… estáis locos- dijo, dejando escapar un suspiro. Por un lado Richi tenía toda la razón del mundo… a lo mejor, quedándose allí, no llegaban a encontrarles. Pero por otro lado salir ahí fuera no era el mejor de los planes, era ponerse en peligro quizá de manera innecesaria -. Por mucho que esto parezca un videojuego, no lo es. ¡Es la vida real, chicos! Si nos muerden no nos morimos y resucitamos en el último lugar donde hayamos guardado partida. Aquí, si nos muerden, nos convertimos en uno de ellos y se acabó para siempre.

-Joder, Adri, eso ya lo sé- dijo Richi, resoplando ligeramente -. Escucha, lo hablaremos, formaremos grupos y haremos expediciones cortas. Intentaremos no ponernos en peligro. Pero créeme, Adri, aquí dentro no hacemos absolutamente nada y, tarde o temprano, acabaremos por volvernos locos de no hacer nada. Mejor empezar de verdad a sobrevivir.

-Está bien…- resopló la muchacha, cerrando los ojos ligeramente –Vamos a ir reuniéndolos a todos aquí en el comedor. Vamos a tener una larga charla y mejor empezar ahora y comernos la tarde que no empezar de noche y dormir por la mañana. Vale que es una tontería seguir el horario normal, pero… es una manera de mantener un poco las cosas como están- Héctor y Richi asintieron y ambos salieron en dirección a las habitaciones para ir avisando a los demás. Había llegado el día de hablar seriamente sobre su futuro más cercano. 

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NOTAS DE LA AUTORA:

GUAJA: Es una manera asturiana de decir "chico". Guaje o guaja es igual que si aquí dijéramos "chico/a" o "niño/a". Igual que en otras zonas se puede decir "mozo/a", "chiquillo/chiquiilla",...